Desde el 17 de julio venidero, el MERCOSUR nominalmente estará compuesto por seis miembros plenos, tras la suscripción de la nueva versión del Protocolo de Adhesión de Bolivia, acta que posteriormente será girada a los congresos nacionales para su ratificación, trámite legislativo de mero rigor, dada la conformidad política compartida por los primeros mandatarios y respectivos parlamentarios.
El MERCOSUR ampliado, ese estandarte de la integración que ondearon los fundadores al enunciar la voluntad consensuada de congregar en el grupo sino a todos por lo menos a la mayoría de las repúblicas de Latinoamérica enroladas en la ALADI, se trasunta en los tiempos presentes en paulatina realidad con la bienvenida de la nación del Altiplano, y suponemos que Ecuador también se afiliará a corto plazo, visto la predisposición de su actual jefe de Estado por incorporar su país al bloque. Un logro destacado en materia institucional, ciertamente.
Reconforta apreciar que algunos pueblos y gobiernos amigos del sub continente, a despecho de las surtidas y recurrentes falencias y complejidades, depositan su confianza y expectativas en nuestra sociedad plurinacional, evidenciando así el convencimiento de que en la mancomunidad se asienta la receta infalible para construir bienestar estable, toda vez que se observen escrupulosamente los códigos que regulan la concordancia internacional en sus diversos quehaceres.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR se congratula por el ensanchamiento gradual de nuestro espacio colectivo; no obstante, revalida sus reclamos ante la serie de obstáculos deliberadamente fijados para cercenar el libre intercambio comercial intra y extra zona, maniobras que son producto exclusivo de quienes unilateralmente se arrogan el rol de regentes absolutos de un patrimonio común que la legalidad de los Tratados somete a la potestad de las partes constituidas en conjunto.
La inminente reunión cumbre de Brasilia si bien no avizora las innovaciones de porte anheladas e invariablemente postergadas, atendiendo la experiencia acumulada en 24 años, excepto las rutinarias y pomposas declaraciones testimoniales y las solemnes y consabidas promesas estampadas en los discursos, empero podría instituirse en el punto de partida para abrigar tenues esperanzas de recomposiciones, entreviendo la identidad de posturas de Uruguay y Paraguay, cuyos Ejecutivos expondrán en el seno del Consejo Mercado Común (CMC) y en la cita de líderes nacionales, el benéfico plan de acción que apunta a rescatar el grupo de ese irritante contexto omnipresente que vulnera y socava los valores, principios y metas impresos en el convenio matriz y anexos documentales.
La Presidencia Pro Témpore de Paraguay, titularidad semestral que comienza el próximo viernes, a estar por lo dicho por el propio presidente Horacio Cartes y los ministros del área de integración, será el entorno pertinente para con las debidas formalidades y argumentaciones plantear reivindicaciones puntuales, formular propuestas y sugerencias precisas dirigidas a escapar del laberinto de incongruencias que política, jurídica y económicamente sacuden al MERCOSUR, incluidas las frustraciones sociales derivadas de la insensibilidad y los manejos utilitarios.
El lema de sumar para crecer se reviste de palpitante contemporaneidad. En adelante, para que la región asimile en cifras superavitarias las ventajas que reportan el acogimiento de noveles socios activos con sus cuotas de productividad, talentos, experiencias y conocimientos, se impone modificar explícitamente aquellas actitudes y conductas comprobadamente extrañas e inversas a los modernos prototipos mundiales de desarrollo en equipo, o la dilatación territorial y aumento poblacional del MERCOSUR en nada redituará para los signatarios, salvo aisladas, efímeras y exiguas consecuciones para las potencias dominantes.-
Julio de 2015
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente