Finaliza el 2014 con un MERCOSUR estancado, sin proyecciones efectivas, huérfano de conquistas comerciales de relevancia, cuasi divorciado de las grandes plazas internacionales que imprimen hegemonía en el orbe globalizado, siendo irónicamente el único foco de destaque las profundas asimetrías y las diversas intemperancias ejercidas por los miembros dominantes hacia a sus consocios más endebles, particularmente Paraguay, permanente perjudicado, cuyo comercio exterior, tantas veces al borde de la ruina, se halla desde tiempos inmemoriales a merced del capricho político de sus vecinos con costas marítimas.
La Cumbre de Paraná, Argentina, a celebrarse los días 16 y 17 del mes en curso, es ocasión propicia para refrescar la memoria de los mandatarios del bloque, recordándoles que al cabo de 1 año y tres meses de la firma del Tratado de Asunción, las naciones componentes de la Cuenca del Plata suscriben el 26 de junio de 1992 el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay/Paraná, desde Puerto Cáceres (Brasil) hasta Nueva Palmira (Uruguay), convenio multinacional que se enlaza al MERCOSUR cual instrumento direccionado a facilitar el proceso de integración regional eliminando todas las trabas y restricciones administrativas, reglamentarias y de procedimiento a la libre navegación, a fin de lograr la más amplia libertad de tránsito fluvial y el transporte de personas y bienes por esa ruta hídrica internacional.
Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay reafirman el principio de la libre navegación de los ríos de la Cuenca del Plata, factor fundamental para el desarrollo del comercio y la integración física y económica de las cinco repúblicas al interior de esa vasta zona de sudamérica, poniendo énfasis en que sin previo concierto de los signatarios no se podrá establecer ningún impuesto, gravamen, tributo, tasa o derecho sobre el transporte, las embarcaciones o sus cargamentos, al tiempo de insistir en el tratamiento uniforme en materia de servicios portuarios, desembarcos, depósitos, practicaje y trasbordos, sin discriminaciones por razón de bandera.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR deplora el desprecio meditado con que Argentina socava este compromiso entre pueblos amigos del sub continente y subraya que la odisea que sobrellevan los usufructuarios de la hidrovía traspasa al presente el límite de lo tolerable, debido al sinnúmero de barreras unilaterales e inconsultas que el gobierno de Cristina de Kirchner impone en su dilatado tramo territorial a los buques, barcazas y convoyes con emblemas de los consocios que surcan las aguas del Paraná camino al océano Atlántico principalmente.
Notamos, paralelamente, que nada se ha avanzado en la aplicación del Numeral 12 del Comunicado Conjunto de los Presidentes y Presidentas de los Estados Partes del MERCOSUR, que en la convocatoria cumbre del 29 de julio último, celebrada en Caracas, Venezuela, reiteraron, por enésima vez, la necesidad de promover el crecimiento y el desarrollo de los Estados Partes del MERCOSUR con el fin de reducir las asimetrías existentes y en este contexto manifiestan la importancia del funcionamiento de mecanismos efectivos para superar las dificultades que enfrenta Paraguay como país en desarrollo sin litoral, y se comprometieron a la plena implementación de la Decisión CMC Nº 33/07 “Plan Estratégico para la Superación de las Asimetrías”, y la Decisión CMC Nº 19/11 “Libertad de Tránsito”, inspirada justamente en el Acuerdo de Transporte Fluvial por la Hidrovía Paraguay/Paraná.
La neutralización de las asimetrías, la libertad de tránsito son ítems que se complementan e interactúan y son absolutamente indivisibles, al igual que las permisiones de orden económico, comercial y aduanero, que en su última versión, planteada hace 6 meses en Caracas por delegados compatriotas, fueron postergados en su tratamiento, pese a que son indefectibles e impostergables para el desarrollo y la diversificación de la industria nacional, que con urgencia precisa de ganar en calidad, cantidad y precios atractivos, una competitividad inasequible cuando se tropiezan con obstáculos e incomprensiones deliberadas.
Enunciar con certeza la multitud de atascos fraguados para problematizar el avance de la integración, soliviantando convenios suscritos, vulnerando derechos e ignorando conquistas, es obligación de los emisarios nacionales, que en la cumbre de Paraná tendrán la responsabilidad de defender la supervivencia de un MERCOSUR vejado por la desidia, la soberbia, la voracidad y la hipocresía de los socios mayores.-
Diciembre de 2014
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente Delegación Paraguaya