Argentino en lo suyo. El desvío del río Pilcomayo al ingresar el cauce en territorios de nuestras dos repúblicas es una detestable y antiquísima práctica que los vecinos del sur acometen periódicamente de manera unilateral e inconsulta para beneficiarse en exclusivo de las aguas del torrente compartido, sea construyendo diques o cavando canales de ramificación, privando así a extensas franjas del Chaco paraguayo del vital líquido.
Este repetitivo hecho criminal además de agredir con alevosía la soberanía de un Estado independiente, devasta y desertifica el agreste hábitat circundante, diezmando la fauna y la flora y poniendo en serio peligro la subsistencia de las comunidades residentes y productoras de la región, que se ven compelidas al desarraigo forzoso hasta tanto se restablezca el equilibrio del ecosistema violentado.
Ganaderos de la zona testimoniaron sus denuncias exhibiendo reveladoras imágenes fotográficas del lugar exacto donde erigieran el muro, con lo cual el curso hídrico limítrofe penetra totalmente en suelo argentino, desabasteciendo el lado paraguayo y principiando nuevamente una serie de ingentes padecimientos e irreversible perjuicios diversos, entre ellos el económico, debido a la proverbial desaprensión del Ejecutivo rioplatense.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR insta a las autoridades nacionales a plantear los correspondientes reclamos no solo a escala bilateral sino a nivel MERCOSUR, específicamente en la siguiente reunión cumbre del bloque, a celebrarse en la ciudad Paraná, Argentina, los días 16 y 17 de diciembre venidero.
En ese orden, no basta con exigir la inmediata reparación que restituya la topografía del sitio a su configuración original, también se debe demandar la suscripción de compromisos protocolizados ante presencia de calificados testigos internacionales, al tiempo de requerir indemnizaciones en metálico que resarzan las pérdidas ocasionadas a los compatriotas afincados en esa zona de la región occidental.
Impostergable se torna, asimismo, el hallar soluciones duraderas o paliativos técnicos consensuados al entuerto derivado de las recurrentes colmataciones provocadas por los sedimentos arrastrados por el sinuoso río desde su naciente, ubicada en las cordilleras del Altiplano, Bolivia, el tercer país co propietario del Pilcomayo, responsable en superior medida de las toneladas de residuos mineros y cloacales que lentifican el desplazamiento de la corriente, saturan, taponan y contaminan las aguas, causando la masiva mortandad de la población ictícola y el resurgimiento de las continuas fricciones entre argentinos y paraguayos.
Geográficamente, el valle del Pilcomayo abarca un área de 288.360 kilómetros cuadrados, y sirve de frontera natural entre Argentina y Paraguay en aproximadamente 1.600 Kms., razón por las que las obras de alteración o rectificación del cauce en ese tramo divisorio, particularmente en la embocadura, imperativamente debe contar con la anuencia oficial de ambas partes o se estará incurriendo en flagrante delito de agresión contemplados en el derecho internacional, a la par de vulnerar convenios y desconocer las cláusulas de la Comisión Trinacional para el Desarrollo de la Cuenca del Río Pilcomayo, tal cual acontece hoy día.-
Noviembre de 2014
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente de la Delegación Paraguaya en el PARLASUR