A 76 años de distancia del cese de hostilidades, los pueblos y gobiernos de las Repúblicas de Bolivia y Paraguay, armonizados a la sazón por vínculos de camaradería y cooperación recíproca, memoran aquel histórico hito que restableciera la calma en el seno de las potencias beligerantes y se instituyera a la vez en reminiscencia ostensible de las nefastas e indelebles huellas que acarrean a las sociedades la ausencia de templanza y sentido de justicia en el espíritu humano.
Rendimos nuestro tributo de veneración a los héroes caídos en las áridas tierras del occidente paraguayo y a los ya escasos sobrevivientes de la mayor y prolongada batalla internacional en la Sudamérica del siglo XX.
El epílogo de los combates acordado por los entonces presidentes José Luis Tejada y Eusebio Ayala, que recién alcanzara jerarquía protocolar tres años después, el 21 de julio de 1938, fecha en que se suscribiera el Tratado de Paz, Amistad y Límites entre los dos Estados, define un venturoso desenlace de un arduo proceso de negociación diplomática caracterizado por avances, retrocesos y estancamientos que, al momento, debiera de impregnar el entendimiento de los líderes políticos de ambas heredades para rehusar ahora y en el futuro ademanes perturbadores que siembran fundados recelos y sobresaltos.
En esta grata efemérides, la Presidencia de la Delegación de Paraguay del Parlamento del MERCOSUR, declara su fidelidad inconmovible al relacionamiento pacífico y ventajoso entre las naciones independientes, aguardando, aunque con lógica suspicacia, que la modernización y acrecentamiento del arsenal castrense boliviano responda al propósito exclusivo de abatir el tráfico prohibido de narcóticos, el comercio fronterizo ilegal, el terrorismo político y demás crímenes y amenazas al interior de su territorio.
Atentos estaremos para denunciar con celeridad, ante los foros regionales parlamentarios, como ya lo habíamos advertido en su oportunidad por los medios masivos de comunicación, cualquier sospechosa desviación del objetivo teórico de las aparatosas medidas preventivas y represivas de orden militar impulsadas por la administración del señor Evo Morales, no fueren que disimulen empeños inconfesables dirigidos a vulnerar el sosiego entre nuestros pueblos.
En consecuencia, urgimos al Poder Ejecutivo se sirva extremar las tareas tendientes a guarnecer los puntos estratégicos de la geografía patria, muy específicamente los confines del Chaco Paraguayo, esa cuasi desértica zona demarcatoria donde la defensa nacional es mera ficción por la carencia alarmante de instalaciones, personal y equipamiento capaz de amparar nuestra soberanía de remotas pero nunca descartadas agresiones externas.
Junio de 2011
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NUÑEZ - Presidente
Delegación de Paraguay
Parlamento del MERCOSUR