Tomemos conciencia, no al abuso y maltrato al adulto mayor.

Al mismo tiempo que crece la expectativa de vida en la población crecen las tipologías de enfermedades y los temas a abordar. Este, 15 de Junio en muchos países del mundo se conmemora la toma de conciencia para decirle “no al abuso y maltrato al adulto mayor”.
El abuso y maltrato en la vejez constituye lo que se denomina un “delito oculto o invisible”. Un delito que casi siempre se encuentra confinado a entornos privados, familiares y reservados. Un delito que constituye un problema social que afecta no sólo la salud y el bienestar de las personas mayores, sino también sus derechos.
Los perpetradores de este tipo delito, en su mayoría, son los hijos o los nietos, o el cuidador formal e informal y hasta la pareja más joven. Al adulto mayor le cuesta denunciar y hacer visible aquello que le pasa por vergüenza, y lleva consigo una pesada carga de aislamiento y depresión como los primeros síntomas.
Existen distintos tipos de abuso y maltrato; podríamos mencionar el psicológico que consiste en la falta de respeto, amenazas, insultos o también tratarlos como niños. El físico que además de los visibles que pueden ser golpes, zamarreos o pellizcos también lo constituye la prohibición de movimiento y el atar. El financiero es apoderarse de sus cosas materiales, la vivienda, la jubilación, o hacer firmar poderes y/o escrituras a favor de alguien contra la voluntad. El aislamiento cosiste en la prohibición de comunicarse, ya sea con amigos, familiares o vecinos. El sexual también se da en este rango etario. La negligencia es no suministrar alimentos, cuidados o los medicamentos que necesitare, estos, entre otros.
Lo importante de este día es transformarlo en una concientización de todos los días. Aportar a esta visión es estar atento a ver si encontramos un adulto mayor que se sienta culpable, sienta vergüenza, o tenga miedo: ayudarlo y decirle que el maltrato no es su culpa.
No olvidemos que nuestros mayores tienen el derecho a recibir un trato justo y digno. A disfrutar de una vida plena. A la igualdad y a no ser discriminados por motivos de edad. A recibir amparo ante la desprotección. A que se reconozca su aporte al desarrollo de la sociedad. A tomar decisiones de manera autónoma. A ser valorado independientemente de su contribución económica. A su integridad física, psíquica y emocional.
Esta, que parece una verdad de Perogrullo muchas veces se ve vulnerada o violentada. Recordemos siempre que nuestros mayores conforman nuestro patrimonio cultural viviente y nuestro reservorio de sabiduría. Son el sinónimo del amor en un beso, la solidaridad cuando entregan su tiempo, la sabiduría cuando dan un consejo, la comprensión cuando nos entregan su calma. Pero por sobre todas las cosas son ejemplo de llegar hasta aquí por saber haber vivido la vida.
Tengamos presente que lo hagamos por ellos, lo estamos haciendo por nosotros. Porque “adultos mayores somos todos, solo es cuestión de tiempo llegar a serlo”.
Claudio Romero. Secretario de Tercera Edad de la ciudad de Buenos Aires y Parlasur “Ad – honorem” por la misma ciudad.