Las fronteras son hitos de soberanía territorial. En el mundo globalizado se transforman en puntos de convergencia de Estados independientes en las que concurren vecindades internacionales emparentadas por lazos de proximidad histórica, tradiciones comunes, y afanes compartidos, resultado de la convivencia secular entre segmentos poblacionales solo separados físicamente por accidentes geográficos y/o mojones delimitadores.
En las alianzas de países en que la doctrina de la integración se corresponde entendidamente con los hechos, las fronteras se constituyen en los emblemas terrenos donde a partir de la afinidad de aspiraciones, designios y expectativas se construyen colectivos bilaterales y multilaterales motorizados por el comercio, la complementación productiva, el turismo, la transferencia tecnológica, y la reciprocidad cultural, entre otros ítems.
En el MERCOSUR, destaque privilegiado detenta la zona denominada “tres fronteras”, franja que congrega a los municipios de Puerto Yguazú (Argentina), Foz Do Iguacu (Brasil), y Ciudad del Este (Paraguay), una superficie trinacional que a la sazón debiera ser, tras 25 años de fundación de la sociedad, el espacio integrado por excelencia habida cuenta su aventajada posición en el área, las facilidades en materia de comunicación y la rutinaria convivencia sustanciada a través del intercambio, no siempre fluido a raíz de medidas oficiales impopulares.
De haber disposición política de consenso, esta cuasi inexplotada cantera de riquezas naturales y talentos humanos podría erigirse en el mayor foco de desarrollo integral del grupo, en las que se emplacen e impulsen una diversidad de actividades económicas que operadas con criterio asociado gane en proyección intra y extra bloque, captando la atención real y efectiva de ambiciosos inversores que congenian el lucro con el crecimiento y la evolución en todos los órdenes, a la par de despertar el interés de nuevos mercados.
El ascenso del nivel de vida de la generalidad por efecto de la reconversión, equiparándolo a los estándares de la modernidad, sin discriminación de nacionalidades, actuará de factor catalizador que propague la metamorfosis a distritos y urbes aledaños e incluso alejados del centro neurálgico, instituyendo una modalidad cooperativa que trasponga las divisorias topográficas y trascienda beneficiosamente aquellas políticas de gobierno marcadamente individualistas de algunos socios.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR, alienta a trabajar juntos en proyectos y planes para un cambio de modelo en la zona, atrayendo la inversión privada y pública, optimizando y jerarquizando la integración, dotándola de los elementos y condiciones que conviertan al conglomerado fronterizo en un competitivo y atrayente eje de mercadeo en franca expansión.
Abril de 2016
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente