La flamante perspectiva argentina de lanzarse a recuperar su antiguo esplendor económico a través de las reglas del libre mercado tendrá sus repercusiones positivas al interior del MERCOSUR y particularmente en Paraguay, cuyo comercio internacional, de exportación e importación, circula en aproximadamente el 80% por territorio rioplatense.
De haber sido clasificada a la cabeza de las naciones más proteccionistas del mundo, Argentina propone hoy abrirse a la competencia externa eliminando el cúmulo de lacras que maniobran directamente contra el consenso global que normativiza el intercambio de mercancías, servicios y factores de la producción, alientan la radicación de inversiones, agilizan la transferencia de tecnología de punta, suprimen la discriminación de nacionalidades en materia de recursos humanos, y eximen de barreras el tránsito peatonal, fluvial y carretero.
La última cumbre del MERCOSUR celebrada en nuestra ciudad capital exhibió un contexto diferente a las versiones precedentes, visto que la propia presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, con un discurso renovado, sostuvo que el bloque debe acompañar y analizar las distintas propuestas de integración en el mundo, sin presiones ideológicas de cualquier tipo.
Esa modalidad de integración basada en la supremacía de las afinidades políticas y la antipatía visceral a la doctrina universal del libre cambio, prologa su retirada a estar por lo escuchado y suscrito por los jefes de Estado del MERCOSUR que en mayoría calificada consienten en desmontar un escenario regional arcaico que sumiera al grupo en una dilatada etapa de postración a raíz de concepciones disociadas del tráfico comercial desregulado.
Ciertamente, la teoría dista de los hechos; no obstante se avizora una fructífera permuta de condiciones y circunstancias en la que los Estados Partes determinarán una nueva trayectoria colectiva capaz de aprender y extraer conclusiones aprovechables de la experiencia pasada, moldeando la acción inmediata conteste a los cánones establecidos por los códigos de la interdependencia, complementación y reciprocidad que arbitran los convenios multinacionales.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR expresa su optimismo y convicción en el porvenir; cree en la transformación del modelo, deposita su voto de confianza en la emergente coyuntura, y sufraga en favor de los fecundos lineamientos comprometidos para reflotar nuestra liga de repúblicas de la apatía institucional a que nos someten óptica y ejecutoria distorsionadas de la realidad imperante en los negocios inspirados en la mercadotecnia cosmopolita.
El tema de la energía hidráulica, traducido en la disposición de las respectivas redes nacionales de transmisión de fluido eléctrico al servicio de los consocios, es un plan de primordial interés e importancia para desarrollar un área de la integración aún no protocolizada, un sensible vacío que jurídicamente cubierto a escala comunitaria posibilitará un manejo ecuánime de aquellas entidades binacionales que como Itaipú y Yacyreta operan no siempre de conformidad con los términos de los tratados bilaterales.
Finalmente, destacamos la prórroga por diez años más de los Fondos de Convergencia Estructural del Mercosur (FOCEM), y el ofrecimiento de la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, de acelerar los tiempos para la firma de un acuerdo intra continental Alianza del Pacífico/MERCOSUR, convención que de concretarse oficiará de puente comercial entre los océanos Pacífico y Atlántico, es una oportunidad inmejorable que junto con el futuro convenio con la Unión Europea (UE) proyectarán nuestro espacio sudamericano a la delantera de sus homólogos de ambos hemisferios.-
Diciembre de 2015
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente