Es de vital interés para el planeta y sus habitantes, compuesta por la raza humana, fauna y flora, la XXI Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático que inicia hoy en Paris, Francia, evento en el que representantes de 195 países deliberarán de cara a sellar un acuerdo mundial dirigido a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono, vapor de agua, metano, óxido de nitrógeno y fluorocarburos.
El calentamiento global, entendido como el aumento progresivo de la temperatura media de la tierra debido a la concentración en la atmósfera de los citados fluidos contaminantes, se intensifica a partir de la segunda mitad del siglo XX, prendiendo la alarma e incluso la angustia en los organismos ambientalistas y ecologistas que se ocupan de crear conciencia sobre la necesidad de coadyuvar a la conservación de las óptimas condiciones de vida de las especies terrestres.
Es obligación inaplazable de los individuos, tanto de los círculos oficiales como privados, conocer que el enrarecimiento del clima trasuntado en temperaturas más elevadas que las normales ocasionan una serie de deterioros y alteraciones en la biosfera, muchos de los cuales son por completo irreversibles y otros subsanables pero a largo plazo, secuela de la imprevisión de los grandes polos industriales que en su legítimo afán de forjar bienestar no dimensionan suficientemente los alcances y derivaciones de la producción en gran escala de determinados rubros, adoptando prevenciones que minimicen los impactos nocivos a la biodiversidad.
La subida de los niveles de los océanos, aumento o disminución de la precipitaciones pluviales según las zonas, desertificación de extensas áreas, retroceso de los glaciares, fenómenos meteorológicos extremos como olas de calor, sequías, lluvias torrenciales, fuertes nevadas, amenaza a la seguridad alimentaria por descenso del rendimiento de las cosechas, pérdida de hábitats por inundaciones, extinción de especies animales y vegetales compendian el cúmulo desastres que la reina naturaleza sufre y cuyo costo lo venimos solventando todos, sin excepciones, aunque en nombre de la prosperidad nos resistimos a invertir en tecnología de punta que resguarde de corrupción gaseosa la capa de aire que rodea el globo.
Aguardamos con creciente expectativa que los participantes de la conferencia, particularmente aquellos de naciones altamente industrializadas, comprendan que las radiaciones infrarrojas y ultravioletas provenidas de los rayos solares perforan ese cada vez más agotado escudo protector de la tierra denominado capa de ozono, a causa de la emisión de gases de efecto invernadero, los agentes desencadenantes del cambio climático, desenlace de la deforestación indiscriminada y la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón en la fabricación de fertilizantes, aerosoles, espuma plástica, extintores de incendios, solventes de limpieza, refrigerantes, calefactores, inhalantes químicos, y en el funcionamiento de las industrias pesadas del hierro y el acero, minería, plantas de energía y de tratamientos de aguas residuales, entre otros.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR, reafirma su compromiso con la preservación del medio ambiente, siguiendo estrictamente lo establecido en el Tratado de Asunción, e insta a que cualquier emprendimiento manufacturero instalado en la región tome las precauciones de rigor para neutralizar o atenuar significativamente las agresiones al entorno espacial del territorio comunitario.
Noviembre de 2015
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
PRESIDENTE