El inestable comercio de fronteras entre Brasil y Paraguay se apresta a encajar un hiriente latigazo más cuando a partir del 1 de julio próximo el gobierno de Brasil ponga en vigencia una draconiana disposición que rebajará el tope de adquisiciones de mercancías per cápita desde nuestro país, de 300 a un avaro 150 dólares por día, providencia extemporánea y abusiva deliberadamente dirigida a aniquilar el principal quehacer económico y mayor surtidor de sustento de las zonas adyacentes de las dos márgenes soberanas.
Las propias autoridades estatales y comunales brasileñas, junto a empresarios de Foz de Yguazú, Guaíra y Punta Porá, se suman a sus pares de Ciudad del Este, Salto del Guairá y Pedro Juan Caballero, en un empeño compartido no solo para preservar el otrora floreciente turismo de compras sino para insuflarle renovada savia, para lo cual solicitarán a la presidenta Dilma Rousseff, a través de calificados intermediarios oficiales de ambas nacionalidades, un cambio de enfoque de la polémica y resistida medida, aumentando el límite de compras a 500 dólares en lugar de reducirlo a 150.
Los nexos bilaterales y la integración regional padecen angustias sin fin debido a la orientación marcadamente egoísta con que los brasileños perciben el comercio fronterizo con Paraguay. Asfixiar el negocio predominante de las capitales departamentales de Alto Paraná, Canindeyú y Amambay parecería ser el perverso mandato de la Receita Federal, temible tentáculo del Planalto e Itamaraty a la hora de bombardear la primordial actividad rentable de sus conciudadanos y vecinos residentes en áreas de tránsito internacional primario.
En anteriores pronunciamientos, la Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento de MERCOSUR había alertado acerca de la alarmante y punzante depresión de las actividades económicas en la zona, situación aciaga que no avizora señales de positiva regresión, atendiendo la severidad extrema con que el consocio brasileño, y pretendido líder del bloque plurinacional del bloque regional, hostiga a gente laboriosa que hacen de la compra/venta un honesto medio de vida.
Insistiremos hasta el hartazgo, el cierre de establecimientos comerciales, despidos de personal, supresión de fuentes de trabajo, merma de las recaudaciones fiscales, multiplicación del subempleo, recrudecimiento de la marginalidad, intensificación de la delincuencia y un ascenso notorio de la aflicción social, se ahondarán superlativamente y desembocarán de un escenario crítico a otro con aristas desesperantes a causa de la insensibilidad de quienes vislumbran la integración como mero instrumento para alcanzar y consolidar afanes individuales.
Paraguay no cuenta aún con una estructura productiva que por tamaño, modernidad y diversidad pueda ofrecer alternativas de ocupación tanto a aquellas personas que al presente se dedican al comercio minorista como a los dependientes en mostradores, razón más que terminante para deponer esa inflexible conducta que pronostica desolación y ruina para cuantiosos núcleos familiares, de ejecutarse la prescripción al inicio del segundo semestre del año.
Esta Representación nacional propiciará encuentros con los congresistas brasileros, a fin de presentar los reclamos y buscar persuadir con argumentos irrecusables al poderoso asociado sobre la necesidad y conveniencia de enaltecer el factor humanitario y el componente solidario en las relaciones bilaterales entre los miembros de nuestra alianza sub continental.-
Marzo de 2015
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente de la Delegación de Paraguay en el Parlasur.
