El Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM) es la única herramienta institucional con que cuenta el grupo plurinacional para combatir las asimetrías y desequilibrios que obstaculizan el desarrollo comunitario en condiciones sino paritarias por lo poco atenuadas en un escenario de imponentes desproporciones, contexto omnipresente en el cual Paraguay, y Uruguay en inferior magnitud, son los eternos damnificados, en tanto que Brasil y Argentina, en ese orden de prelación, son los perpetuamente beneficiados.
La teoría del crecimiento armónico contenida en la carta fundamental del bloque y pregonada por las diversas alianzas de naciones soberanas en ambos hemisferios, postula la adopción de providencias idóneas para contrarrestar aquellas rémoras que actúan de catalizador para el florecimiento y la estabilización de algunos, operando, en contrapartida, para la regresión o el estancamiento de otros.
Supeditar la concesión de los recursos del FOCEM a la voluntad sectaria de determinados consocios dominantes, que buscan imponer sus designios acorde a sus particulares intereses y miras, constituye una amarga felonía, una impúdica coerción que despedaza sentimiento y esfuerzo colectivo por instalar ese anhelado espacio de evolución solidaria y compartida por los pueblos de la zona.
Los justificados y sostenidos planteamientos que en materia comercial Paraguay efectuara en la última reunión cumbre de Caracas, Venezuela, dadas a conocer con profusión por la prensa local, y aplazados desaprensivamente en su tratamiento por sus pares, es, a todas luces, una de las causas mayores que desencadenan una abierta y directa presión aviesamente ejercida con la finalidad de obligar a nuestro país a desistir de sus ecuánimes y compensatorios objetivos.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR repudia y denuncia ante la ciudadanía y la prensa independiente del bloque regional la premeditada y culposa renuencia de algunos miembros a liberar montos con antelación aprobados y presupuestados, para solventar esenciales emprendimientos de infraestructura en el Paraguay, como la ampliación de la Avenida Costanera en su segunda fase, y las obras complementarias del futuro puente sobre el río Paraná, próxima conexión física entre nuestro país y el Brasil.
Complicar arteramente sin argumentos válidos ni fundamentos procedentes en derecho el otorgamiento de unos 272 millones de dólares americanos, destinados a financiar los referidos proyectos, vitales para la modernización, bienestar y prosperidad del componente más rezagado del MERCOSUR, es otro testimonio más de las veladas trapisondas con que los auto nombrados “motores de la integración” traban sistemáticamente el despunte de la economía nacional y la inserción efectiva de Paraguay en los competitivos y rentables mercados internacionales.
Esta Representación compatriota, consciente del perjuicio que ocasiona al país la deliberada retención de la suma estipulada, reclama el inmediato desembolso del aporte para cuya estructuración el Paraguay también contribuye con su cuota, si bien en porcentajes inferiores que sus socios, justamente por ostentar el nada halagüeño sitial de nación de menor desarrollo y, por ende, la usufructuaria por excelencia del FOCEM.
En simultáneo, demanda urgente atención y favorable despacho de los reivindicatorios temas postergados en la capital venezolana el pasado 28 de julio, entre los que se citan el extender la fecha de vigencia de las normas de origen hasta el 2030; la prórroga del plazo para la importación de maquinarias y tecnología de avanzada con aranceles diferenciados; las excepciones impositivas hasta el 2025 de unas tres decenas de bienes vitales para la producción manufacturera y el consumo interno, y la habilitación de zonas francas en territorio de los demás Estados Partes, de modo a concretar franquicias aduaneras y acelerar la captación de capitales dirigidos a potenciar las industrias transformadoras.-
Setiembre de 2014
Alfonso González Núñez
Parlamentario del Mercosur
Presidente Delegación Paraguay