Aunque el MERCOSUR atraviesa desde inicios del año en curso una pésima fase institucional plagada de obstrucciones al libre comercio entre sus asociados por acción de los miembros mayores, Argentina y Brasil cuales principales ideólogos y propulsores de los estragos que apesadumbran la integración regional, la crónica y perpetua dependencia del Paraguay de sus poderosos vecinos para despachar sus exportaciones, nos compele a proseguir con las convicciones del Quijote de Cervantes con la denodada lucha por vencer o por lo poco apaciguar las arbitrariedades e inequidades que impactan con inusual fuerza contra nuestra quebradiza economía.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR, entreviendo con prudente optimismo un futuro más promisorio para el país en la zona a partir del escrupuloso acatamiento del Tratado de Asunción y demás normativas que gobiernan el bloque y sin renunciar de manera alguna a las denuncias y advertencias que singularizan la ejecutoria del cuerpo, empero tendrá que en simultáneo formular precisos recordatorios sobre los propósitos de la alianza.
Bregamos por instalar cuanto antes la figura jurídica de la Supranacionalidad, a la usanza de la Unión Europea (UE), el funcionamiento de una justicia regional con Tribunales Supremos y de Cuentas cuyos fallos sean de cumplimiento imperativo, so pena de sanciones, y la acentuación de las atribuciones del Parlamento nivelando sus facultades a las potestades de los Congresos Nacionales de legislar y producir leyes de observancia obligatoria por los cuatro Estados Partes.
Al mismo tiempo, exigimos el incremento sustantivo de los exiguos recursos del Fondo de Convergencia Estructural del MERCOSUR (FOCEM), de forma a intensificar las obras públicas en todo el territorio nacional, dinamizar los emprendimientos de infraestructura, potenciando las conexiones físicas en el orden de carreteras pavimentadas y comunicación ferroviaria que enlacen todas las poblaciones del país, la conecten con las ciudades fronterizas y de ahí con las Repúblicas vecinas y el mundo.
Actualmente, y tras 21 años de vigencia, el MERCOSUR todavía no se palpa en el bolsillo del ciudadano común y su misión de construir prosperidad para sus pueblos es un débito mayúsculo que con extrema urgencia tendrá que rectificarse con medidas y disposiciones equitativas y con visión de conjunto que depongan el enfermizo individualismo unilateral con que se conducen las naciones líderes en avaro provecho propio y desolando los intereses y derechos de los consocios menores.
Un MERCOSUR ampliado con la incorporación de nuevos miembros como Chile, Colombia, Perú y Venezuela, previo retorno a la senda de la convivencia democrática de la nación bolivariana, es otro afán de primerísima importancia que apremia materializar cual mecanismo eficaz que reduzca las enormes asimetrías y desigualdades que rezaga la consecución de los objetivos estipulados en el Tratado de Asunción, suscrito el 26 de marzo de 1991.
La comunidad paraguaya con ensombrecida expectativa presencia escéptica y desesperanzada los traqueteos de un MERCOSUR rebosante de inconsistencias cuyo modesto y señaladamente insuficiente superávit comercial no justifica por el momento su existencia como entidad diseñadora de progreso para sus integrantes.
Aguardamos que el gobierno del señor Fernando Lugo se invista de patriotismo en esta etapa final de su mandato y se movilice con presteza, inteligencia y coraje para rever este estático escenario de sinsabores y penalidades que hace dos décadas consternan a los sufridos y laboriosos compatriotas.
La Delegación Paraguaya en el Parlamento del Mercosur insiste en la Supranacionalidad, y su herramienta reglamentaria, el Derecho Comunitario, es el dispositivo exclusivo e infalible que impondrá el respeto absoluto del esencial capítulo que estipula la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos por la geografía del MERCOSUR, habida cuenta la ausencia de buena voluntad, solidaridad y reciprocidad en la conciencia de los Ejecutivos argentinos y brasileños.-
Abril 2012
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NUÑEZ
Presidente