La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR condena la intención del gobierno argentino de incrementar los aranceles de importación de 100 de productos, entre bienes de consumo final, bienes de capital y bienes intermedios (insumos), pretendidamente para conjurar la desleal competencia externa y la sobreoferta de mercancías que inunda su mercado.
La lista citada aparentemente será elevada a la Comisión de Comercio del MERCOSUR (CMC), para su aprobación o rechazo, previa autorización de la presidenta Cristina de Kirchner que, según informaciones divulgadas, se ocupará el fin de semana a examinar las documentaciones y otorgar su beneplácito a la propuesta elaborada por sus ministros del área económica. Un simple protocolo, porque la decisión ya está de antemano tomada.
La CMC, si llegare a su ámbito el citado catálogo con tarifas prohibitivas, tendrá que analizarlo con meticulosidad en función al interés del bloque, para posteriormente emitir un dictamen técnico que salvaguarde la integridad y fluidez de las transacciones de compra/venta a nivel regional, sin descuidar lo relativo a extrazona, atendiendo que de nuevo se reanudaron las tratativas bilaterales con la Unión Europea (UE), cuyos principales referentes cuestionan abiertamente el profuso proteccionismo practicado por Brasil y Argentina.
La actitud de las autoridades argentinas, coreada por sus homólogos brasileños, se distancia cada vez más de los preceptos de la globalización asentida y cultivada por las naciones que vislumbran en la integración el mecanismo probadamente apto para reducir las asimetrías, acrecentar en sincronía las riquezas del todo y las partes y robustecer el poder negociador con los pares de los diferentes hemisferios y continentes.
Chile, Perú, Colombia y México, al igual que Uruguay y el propio Brasil, son los primeros adelantados que examinan formalmente la posibilidad de presentar en breve una protesta conjunta ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), buscando desalentar la inconsciencia que sojuzga el entendimiento del Ejecutivo argentino, torpeza inconcebible que transporta consigo el signo de la ruina comercial, fatal contingencia evidentemente desdeñada por la segunda potencia del MERCOSUR.
El proteccionismo desmesurado equivale al enclaustramiento al interior de las fronteras nacionales, una suerte de inmolación comercial voluntaria que a corto, mediano o largo plazo, según cada caso en particular, engendrará infaliblemente voluminosas desgracias financieras a víctimas y victimarios, sin distinciones.
Solicitar sensatez al oficialismo argentino en materia de barreras aduaneras y demás restricciones para arancelarias, semejaría a estas alturas como pedir peras al olmo, algo prácticamente imposible, motivo por el que habrá que insistir con las denuncias y quejas públicas ya que la persuasión amistosa y diplomática de dos décadas poco o nada aportaron al saneamiento de las relaciones entre los miembros.
La Delegación Paraguaya en el Parlamento del Mercosur advierte que de subsistir este pesimista estado de cosas en el MERCOSUR, caminaríamos al filo de un irremediable derrumbe al que nos precipitaríamos, Paraguay por delante, dado su fragilidad económica fruto de la mediterraneidad que estigmatiza y encarcela a los pueblos sitiados por insidiosos y cínicos vecinos y consocios.
Marzo 2012
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NÚÑEZ
Presidente