La salud, después de la vida, constituye el más caro patrimonio de la humanidad. Una sociedad altamente susceptible de contraer enfermedades con incidencias fatales, a consecuencia de las imprevisiones del Gobierno y de los propios individuos, subsiste en un estado de permanente temor que enerva y distrae las facultades intelectuales que debieran dirigirse enteramente a generar prosperidad y sosiego en todos los órdenes.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay ante el Parlamento del MERCOSUR, preocupada por la amenaza del rebrote del dengue no solo en nuestro país sino en la región, urge a los organismos nacionales responsables de la salud pública a que no aguarden el ingreso calendario de la temporada estival para adoptar las medidas preventivas de rigor que inmunicen a la población contra ese trastorno febril que tanta mortandad se ha cobrado en el verano pasado y en años recientes.
Asimismo, reclama acciones convincentes al titular del Ejecutivo para que en estrecha cooperación con sus pares del MERCOSUR, principalmente con los de Argentina y Brasil, convengan sin dilaciones disposiciones sanitarias eficaces y comunes que protejan la zona de una latente y contagiosa dolencia que una vez propagada se torna casi irrefrenable su escalada, adquiriendo aceleradamente connotaciones funestas.
Los pueblos y gobiernos deben comprender que las afecciones somáticas no discriminan fronteras, clases sociales, razas ni culturas, como tampoco hacen distingos de índole económica, ya que los virus y las bacterias infestan por igual a gente modesta y acomodada.
Ante esa espantosa contingencia, es impostergable mancomunar aptitudes y energías supranacionales que involucren a las respectivas ciudadanías organizadas, más allá de los símbolos patrios, las críticas inconducentes y los resquemores del momento para de inmediato disponer un compacto frente de batalla que presente resuelto combate a esa plaga generadora de padecimientos fisiológicos, zozobra espiritual y desventuras a granel.
La angustiosa circunstancia que atravesáramos los paraguayos y los hermanos argentinos y brasileños que habitan las Provincias y Estados limítrofes con nuestra República, en la temporada calurosa última, precisa de conjugar esfuerzos y recursos diversos orientados a preservar el bienestar físico del hombre, desterrando esa suicida apatía que se entroniza en vastas franjas comunitarias de la región.
En simultáneo, formulamos un ferviente llamado a la conciencia personal, para que sacudiendo su indolente letargo asuma cada quien el compromiso irrevocable consigo mismo, familiares y vecinos, tributando pródigamente su cuota de participación en esta guerra que la civilidad declara al insecto transmisor de la temible enfermedad tropical.
Nada complicado es llevar a la práctica esos simples dispositivos higiénicos de prevención por todos conocidos y harto divulgados por los medios masivos de comunicación. De esa manera será factible controlar un hipotético avance de la peste y a la vez no se lamentarán nuevos fallecimientos.
La Delegación Paraguaya ante el Parlamento del Mercosur estará atenta desde sus bancas parlamentarias y no vacilará en denunciar con la firmeza y premura que nos caracteriza cualquier omisión, desidia o ineptitud del Gobierno en este punzante asunto que pone en grave peligro la salud colectiva e individual de extensas áreas del MERCOSUR.
Octubre 2011
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NUÑEZ
Presidente
Delegación de Paraguay
Parlamento del MERCOSUR