La Presidencia de la Delegación Paraguaya ante Parlamento del Mercosur manifiesta una vez más su repudio ante el recrudecimiento de las medidas de fuerza impulsadas por las organizaciones sindicales argentinas encabezadas por un nefasto personaje, Omar Suarez, que ha paralizado desde el pasado 26 de agosto el comercio internacional paraguayo en puertos argentinos, con graves pérdidas tanto para empresas paraguayas como argentinas, que soportan, bajo el indefendible pretexto de asimetrías salariales, violaciones flagrantes a los Tratados, Convenios y demás normas integrantes del cuerpo jurídico internacional que poco favor le hace al gobierno argentino cuando pretendemos avanzar en un espacio común justo y solidario.
La persistente, desmedida y crónica renuencia del Ejecutivo rioplatense por cumplir y hacer cumplir las estipulaciones del Tratado de Asunción y disposiciones complementarias que reglamentan la convivencia civilizada y cooperativa entre Estados independientes, y más aún entre vecinos y socios de un ambicioso proyecto regional, desnuda sin sonrojo alguno, ante otros actores internacionales y eventuales interlocutores comerciales, nuestras debilidades hasta ahora insalvables y una desenfadada política unilateral que perjudica directamente el interés paraguayo, que al mismo tiempo, ofrece una inquietante y alarmante perspectiva de nuestra realidad regional.
Se atraviesa esta negativa nueva etapa de la integración , por obra y gracia de una gavilla portuaria sindicalizada y la cómplice bendición de las autoridades argentinas, quienes en inocultable acción conjunta , agreden escandalosamente la cláusula primera del Tratado de Asunción que garantiza la libre circulación de bienes, servicios y factores productivos por los territorios del MERCOSUR, que además se acompaña con actitudes soberbias e incompatibles , hecho que debe sancionarse con el rigor jurídico de la normativa mercosureña que existe y debe exigirse su aplicación.
Si a este de por si lamentable episodio le sumamos, la obstinada e irracional oposición a que el Paraguay exporte su escasamente competitivo remanente energético al Uruguay, usufructuando las redes de transmisión del territorio argentino, la situación de compleja se vuelve muy oscura para los intereses del Paraguay. Esta absurda medida, priva a nuestro país de ganancias que le reportarán alrededor de 40 millones de dólares anuales, con la exigencia del pago de un prohibitivo canon en concepto de derecho de tránsito (peaje), agente de discrepancia que empantana las negociaciones bilaterales al antojo de los enemigos de una integración genuina.
Y si a milímetros se hallan de abortar ese convenio con la nación charrúa, menos aún se podría imaginar la venta de energía eléctrica a Chile, que se canalizaría también por similar conducto que el anterior, ya que las cifras a requerirse por peaje serían ridículamente astronómicas, argumentando en descargo que el país trasandino no es socio pleno del MERCOSUR o bajo cualquier excusa , que encarecerá el precio del arriendo de las líneas de transferencia del fluido, y que las transacciones con terceros deberán obligatoriamente realizarse en bloque y no por la vía bilateral. Este escenario no es improbable por eso desde ya lo denunciamos para que no nos sorprendan actitudes del cinismo que conocemos desde siempre, desde los albores de nuestra historia, como el Puerto Preciso de Santa Fe que parece reencontrarse con nuevas ediciones y un espíritu egoísta y mezquino que, por imperio de los hechos, aún no desapareció en los sectores gobernantes del vecino país
No podemos soslayar, asimismo, que el proteccionismo despiadado e incesante impuesto en la región por Argentina y Brasil, anula la libre competencia traumatizando el endeble comercio paraguayo que sufre ingentes penalidades por efecto de ese limitante y perpetuo lastre que representa la mediterraneidad. Y este turbio panorama se ensombrece todavía más cuando nos detenemos a considerar puntillosamente los inconmensurables perjuicios que en todos los órdenes sobrelleva nuestro país en los condominios hidroeléctricos de Itaipú y Yacyretá, iniquidades de las que nos hicimos eco en reiteradas oportunidades en foros internacionales y a través de la prensa nacional e internacional, y que estérilmente se intentan disimular o minimizar con dádivas o regalías que muy lejos están en compensar lo que en derecho legítimamente nos corresponde.
Obedientes al mandato popular, exhortamos, es más, urgimos al gobierno de Fernando Lugo a que prosiga lo instituido por el Congreso Nacional, activando los resortes institucionales para la definitiva instalación del Tribunal de Justicia del MERCOSUR que, dotado de potestades conferidas por el Derecho Comunitario, pronuncie fallos vinculantes, de observancia inexcusable por parte de los Estados miembros, específicamente por aquellos perennes infractores de las normas que rigen nuestra alianza regional, los consocios argentinos y brasileños, sin renunciar a acudir, en postrer recurso, a los organismos competentes y a todas las instancias admitidas por la vigente legislación internacional en demanda de trato equitativo a la injuriada causa nacional.
Setiembre de 2011
Parlamentario ALFONSO GONZALEZ NUÑEZ
Presidente
Delegación Paraguay
Parlamento del MERCOSUR