Este logro, es justo admitirlo, pertenece por derecho propio a la sociedad paraguaya en su conjunto. El sector gubernamental, entre estadistas y parlamentarios, la ciudadanía organizada y muy particularmente la prensa, aunaron voluntades y perseverancia sin par en una suerte de enlace patriótico para, finalmente, satisfacer esta legítima y por varios decenios postergada demanda de la comunidad compatriota.
Este acuerdo de los gobiernos de Paraguay y Brasil, permite construir, desde el esfuerzo bilateral, mejores condiciones para revitalizar los procesos de integración regional, urgidos de señales concretas de una definitiva voluntad política de los Estados Parte orientada a diseñar un espacio común solidario y sensible en la superación de las enormes asimetrías existentes.
La circunstancia de reconocer un avance en la relación bilateral no significa olvidar u omitir las graves desigualdades que nos separan en torno al disfrute de los beneficios generados por Itaipú, ni resignar, los justos reclamos del Paraguay, en defensa de su soberanía energética vulnerada por las desmedidas ambiciones de nuestro socio y vecino.
Se trata de reconquistar la independencia nacional, no ya, por la vía armada o revolucionaria, sino por la de reafirmar inequívocamente el derecho inalienable a las mismas ganancias y a la utilización en un pie de igualdad de la energía, lo que garantizará la libertad de elegir nuestras mejores herramientas para el desarrollo y de otorgarle a nuestro pueblo el acceso a las fuentes de energía sin cortes ni retaceos tortuosos que lo alejen de la modernidad.
Es la hora de promover un cambio real en las relaciones internacionales del Paraguay, y en especial en la administración de nuestras hidroeléctricas, para que ellas se conviertan en el soporte sustancial de la transformación y el desarrollo nacional, y no, en el muro de los lamentos de las oportunidades perdidas y de generaciones de paraguayos y paraguayas frustrados por la desidia o la traición del gobernante de turno.
Finalmente, la Delegación Paraguaya del Parlamento del Mercosur, exhorta al Gobierno Nacional a aplicar con honestidad y razonabilidad los nuevos excedentes proporcionados por Itaipú, que ellos no sean presa de la codicia política o de los arrebatos del despropósito institucional, y que de una buena vez los recursos sean invertidos en obras de infraestructura, en educación y en la salud pública, para que de esa forma nos liberen definitivamente del atraso y la postración de un sufriente pueblo paraguayo que exige respeto y patriotismo auténtico de sus autoridades.
Parlamentario Alfonso González Núñez
Presidente
Delegación de Paraguay