Opinión Parlamentaria (15/10/2020). Artículo de Opinión Parlamentaria del Parlamentario Lawrence Castro, miembro de la delegación venezolana ante el PARLASUR.
La emergencia humanitaria compleja que, desde el año 2015, golpea a los venezolanos, posiciona al país como el más pobre de América Latina y condena el derecho humano a la salud y a la alimentación. Pese a que es una realidad visibilizada ante el mundo por parte de la Asamblea Nacional legítima de Venezuela y ONGs desde hace más de 5 años, la mirada omisiva de Nicolás Maduro ha sido principal detonante de la profundización de esta crisis que, sin discriminación alguna, alcanza a los 31 millones de venezolanos, de los cuales el 64%, para el año 2017, ya habían perdido más de 10 kilogramos de peso.
El alarmante resultado de la Encuesta de Condiciones de Vida para el año 2019- 2020, es una radiografía de la inseguridad alimentaria, reflejando la elevada tasa de desnutrición y pobreza del venezolano en la actualidad, donde el 96% de hogares se encuentra en condiciones de pobreza de ingresos y 41% padece pobreza crónica. El resultado de que 79,3% de personas no tenga como cubrir la canasta básica alimentaria, sepulta a miles de niñas, niños y embarazadas. Aproximadamente, el 8% de la población infantil menor de 5 años está en condición de malnutrición, quedando expuesto a irremediables trastornos del desarrollo y enfermedades futuras.
Hoy, el “Hambre Cero” y el “fin de la pobreza”, compromiso que adquirió frente a la ONU tras acceder a cumplir la agenda 2030, son una fantasía cada vez más lejana que ha causado la movilización forzosa de más de 4 millones de personas. Todo lo dicho confirma una crisis humanitaria compleja que Nicolás Maduro niega y refuerza el llamado de urgencia sobre la importancia que tiene el ingreso de ayuda humanitaria a suelo venezolano para beneficiar a los venezolanos que tanto lo necesitan y garantizar la supervivencia y el bienestar de las personas más vulnerables.