"La importancia estratégica del Acuerdo Mercosur-UE"

Opinión Parlamentaria (12/07/2019). Artículo de Opinión del Parlamentario Gabriel Fidel, miembro de la Delegación argentina.

Tras dos décadas de negociaciones y una treintena de rondas negociadoras, finalmente el viernes pasado en Bruselas se expresó una gran voluntad política, concluyendo la negociación para alcanzar un Acuerdo Comercial entre la Unión Europea y el Mercosur. Una noticia trascendental que abre muchas perspectivas positivas y que plantea muchas oportunidades y también desafíos.

El acuerdo con la Unión Europea, además de revitalizar el Mercosur,genera beneficios para la economía argentina, para América del Sur y para nuestra región. Según algunas estimaciones el PBI argentino crecería entre 4 y 4,3% más como producto de los efectos dinámicos del acuerdo, ya que el incremento del comercio entre ambos bloque comerciales generaría ganancias de competitividad y aumentos de inversión. Se abre un espacio comercial de gran relevancia con alrededor de 800 millones de habitantes, 100 mil millones de volumen de comercio que indudablemente va a crecer y un cuarto de la economía mundial. De nuestro aprovecharemos la apertura de un mercado de aproximadamente 500 millones de habitantes con el poder adquisitivo más alto del mundo.

Tras haber alcanzado el acuerdo político, ahora viene un engorroso proceso que llevará varios años, primero para alcanzar al acuerdo técnico y luego la aprobación por parte de los países de Europa y el Mercosur para que entre en vigencia.

Tenemos que trabajar mucho y con profesionalismo y si así lo hacemos, aumentarán las exportaciones, se crearán empleo e inversiones y se diversificarán la cantidad de productos de nuestras regiones que se venderán al mercado europeo. No solo hablamos de productos agrícolas,lo mismo puede ocurrir con sectores industriales o de servicios que trabajen inteligentemente para integrarse en cadenas globales de valor y que sean capaces de impulsar encadenamientos productivos con países de la región, para fortalecer las cadenas regionales de valor.

Una vez que comience la puesta en marcha del acuerdo, que como decíamos llevará algunos años,el mismo da plazos diversos y amplios para la eliminación de barreras y desgravaciones arancelarias graduales de hasta 15 años. Esto permitirá la adaptación del sector privado que va a requerir un esfuerzo de articulación público privada, como debe ocurrir en estos procesos. Los resultados serán más favorables cuanto más y mejor nos enfoquemos en prepararnos para ser más competitivos. Es indispensable tener una macroeconomía sana, algo esencial después de décadas de no tenerla, en recuperar el crédito y el ahorro, también ausentes desde hace mucho tiempo en Argentina, en corregir nuestros problemas y costos de logística y transporte, en reformar el sistema tributario y eliminar los impuestos a las exportaciones, en políticas de competitividad que ayuden a los nuestras empresas, en especial las Pymes, en inversión en tecnología e innovación, en preparar a nuestros ciudadanos, trabajadores, estudiantes y profesionales para esta nueva etapa que se viene. Si las energías se ponen en trabajar con consenso público y privado y político, confiando en la capacidad de nuestro sector privado y dándole las herramientas que se necesitan para competir y crecer, aprovecharemos más rápido y mejor las oportunidades que se abren.

La Unión Europea tiene acuerdos de libre comercio en la región con México, Centroamérica y el Caribe, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, a los que ahora se sumarán los 4 países del Mercosur más Bolivia, que está en proceso de adhesión y que seguramente muy pronto será miembro pleno del Mercosur (Evo Morales ya se ha manifestado a favor del acuerdo).México lo tiene desde el 2000, Chile desde el 2003 y los países andinos desde el 2013.

Con el acuerdo Unión Europea-Mercosur, América Latina tendrá un vínculo casi total con la Unión Europea incluyendo además del comercio de bienes, los servicios, inversiones y las compras públicas. El desafío de América Latina hoy es avanzar y concretar su propia integración, consolidando un mercado regional ampliado de comercio de bienes, servicios e inversiones y con el desarrollo de cadenas regionales de valor y encadenamientos productivos que robustezcan a la región en el mundo. Paradojicamente, el acuerdo con la Unión Europea es un punto en común de América Latina y uno de los factores que pueden empujar a la región a acelerar su propia integración.

Hemos señalado muchas veces la importancia de que nuestra región avance en un proceso contundente y efectivo de integración regional que sería el paso fundamental para robustecer nuestra posición frente al reto de avanzar con el acuerdo con la Unión Europea y en el futuro con otros mercados como por ejemplo los de Asia. La integración regional debe incluir el libre movimiento de bienes, servicios, inversiones y personas. Debe contemplar excepciones, plazos de adecuación y convergencia de normas, disciplinas, manejo de controversias y un acuerdo general de normas fitosanitarias.

El Acuerdo significa un fuerte impulso para el Mercosur en momentos donde muchos eran críticos y dudaban de la salud del mismo. Sin embargo ha quedado demostrado que está vivo, que se pudo trabajar conjuntamente en la negociación con otros bloques y que ahora se puede ir por más, mejorando su funcionamiento, avanzando hacia una mayor integración con el resto de América Latina y buscando nuevos horizontes hacia adelante.