¿La problemática de la migración o el derecho a la migración?

Por la Parlamentaria Benita Díaz P. Parlamentaria Supraestatal de Bolivia.

Opinión Parlamentaria (27/10/17). Con frecuencia nuestros problemas domésticos no nos dejan ver la magnitud e importancia de problemas cada vez más globales que hoy preocupa a algunos gobernantes; Como por ejemplo la problemática de las migraciones, asunto que es abordado desde el periodo paleolítico debido a que los seres humanos nos hemos desplazado por los territorios y continentes por muy distintas razones. En la Antigüedad, Grecia y Roma organizaban flujos migratorios como método para exportar el excedente social que se acumulaba en sus fronteras interiores; De tal manera que se aseguraban que mantenían el orden político y partir del descubrimiento de América millones de personas emigraron a los nuevos territorios.

Desde fines del siglo XIX hasta nuestros días se puede identificar cuatro momentos significativos sobre el fenómeno migratorio en América Latina y el Caribe: el primero se vincula con las migraciones transoceánicas, desde finales del siglo XIX hasta mediados del siglo XX, posibilitando la organización y reorganización de los estados europeos; el segundo con las migraciones interna, producto de la crisis económica en la década de los 1930 y 1940 que afecto al ámbito rural, generando una migración del campo a las ciudades; un tercero con las transfronterizas, producto de conflictos políticos, económicos y sociales desde la década de 1960; y un cuarto momento que se produce en las dos últimas décadas del siglo XX hasta la actualidad, las que se producen con la globalización.

Actualmente, uno de cada siete habitantes del planeta es un migrante. De los mil millones de migrantes, un 75 por ciento lo hace dentro de las fronteras nacionales mientras que 244 millones son migrantes internacionales, 71 millones más que a principios de milenio. El año 2016, se registraron 31,1 millones de nuevos casos de desplazamiento interno equivalentes a una persona desplazada por segundo según un informe de la Agencia de la ONU para los Refugiados.

El hablar del problema de las migraciones recobra mayor interés desde la tragedia del hundimiento del barco en el que murieron 800 migrantes en el Mediterráneo, la reacción europea pareció haber sido rápida y contundente por lo que se toma la decisión de triplicar el presupuesto del programa tritón de patrullaje de las fronteras marítimas, se discutió cómo repartir entre los países de la Unión a los “sin papeles” y repatriar a los que no reúnen la condición de refugiados y como atacar a las redes de traficantes de personas que lucran con la miseria y la desesperación de los que huyen de sus países de origen para encontrar mejores oportunidades, sin embargo, estas propuestas parecen no atacan al origen del problema, sino que más bien niegan las causas y además creemos que empeoran las condiciones de escape, tornándolas más caras e inseguras.

Frente a ésta preocupación y ante la necesidad de asumir acciones conjuntas que encaminen hacia la solución del problema migratorio, el Estado Plurinacional de Bolivia a la cabeza del primer mandatario presidente Evo Morales, presenta un propuesta bajo un enfoque más social y de Derechos Humanos basada en el reconocimiento de las personas migrantes como un sujeto de derechos el mismo que invita a los estados a superar el esquema de migración legal vs migración ilegal y avanzar en la consolidación de una Ciudadanía Universal. Por lo que se propone que los migrantes deben ser el centro de las políticas migratorias de los Estados, en los países de origen, tránsito y destino. El respeto de la dignidad, los Derechos Humanos y las libertades fundamentales de todos los migrantes debe ser incondicional e independiente de su situación migratoria.

Es importante destacar que los Derechos Humanos, además de ser indivisibles, interdependientes, complementarios y no jerarquizables, trascienden las fronteras nacionales. De ahí que se puede afirmar que un ser humano no importa el lugar donde este, resida y viva, es sujeto de derechos.

La migración internacional es una realidad multidimensional de relevancia para el desarrollo de los países de origen, tránsito y destino, que requiere de repuestas coherentes y comprensivas, a través de la cooperación internacional para asegurar una migración con una perspectiva de derechos y que garantice el ejercicio pleno de los Derechos Humanos y el trato humano de los migrantes independientemente de su condición migratoria. Aspecto que debe llamar a los Estados a fortalecer la coordinación interinstitucional y los mecanismos de colaboración para lograr una adecuada cooperación técnica con organismos especializados que trabajen en la protección y asistencia de los migrantes en los países de origen, tránsito y destino.

Un tema que no puedo dejar de mencionar es la degradación medioambiental y el cambio climático, siendo una de las principales consecuencias de la migración interna e internacional; según algunas proyecciones en 1995 existían alrededor de 25 millones de migrantes climáticos, al presente se estima en 50 millones y las proyecciones para el año 2050 es de 200 a1000 millones de personas que serán desplazadas por situaciones diversas del cambio climático. Esto provocará mayor escases de suministros regulares de alimentos y agua, aspecto que debe llamar la atención de los gobernantes y actuar exigiendo que los convenios internacionales, tanto los suscritos en el marco de la ONU a través de protocolos complementarios y otros contemplen la definición de migrantes climáticos, tanto personas como comunidades. De modo que todos los estados del mundo contemplen los derechos de estas personas en sus definiciones y condiciones.

Después del anterior análisis sobre el fenómeno migratorios me permito citar dos tendencias antagónicas a escala mundial, ambas impactan sobre las sociedades y producen efectos positivos y negativos. La primera es aquella vinculada con las situaciones de restricción migratoria las cuales se pueden asumir como políticas derivadas de proyectos de diferentes estados para evitar flujos migratorios no deseados hacia y desde sus fronteras; este tipo de acciones se relaciona con los controles migratorios, la discriminación, la exclusión y la persecución. Entre otros esta situación restrictiva tiende a proponer la selección de migrantes para permitir el exceso a un país. La segunda tendencia es aquella que se vincula con situaciones más flexibles, las cuales proponen la libre circulación o movilidad, el asentamiento de las personas, el respeto a los Derechos Humanos y a la igualdad de los derechos por sobre la nacionalidad de origen. Esta tendencia se relaciona con las concepciones vinculadas a la socialización de las relaciones humanas.

Después del pequeño análisis del fenómeno migratorio nos permitimos realizar la siguiente interrogante ¿es necesario hablar del problema de las migraciones o debemos hablar del derecho de las personas migrantes?

Al reflexionar sobre esta respuesta quiero concluir indicando que hablar del fenómeno migratorio no deja de ser complicado, ya que muchos ciudadanos que se encuentran en esta situación son vulnerables a sufrir violación de sus Derechos Humanos y más si existen medidas que criminalicen su condición.

A pesar de los avances en integración podemos decir que América Latina no cuenta aún con políticas migratorias alineadas entre los diferentes países y menos aún con el principio de ciudadanía universal en un mundo en el que la necesidad de buscar una vida mejor en otros lugares es objeto de negocio y terreno abonado para la violación de Derechos Humanos.

Por lo que me permito en invitar a los estados a ser parte de la iniciativa de promoción de políticas que hagan posible el reconociendo al derecho de los ciudadanos globales, consagrando la Ciudadanía Universal, eliminando el concepto de ciudadanos ilegales ya que la migración debe ser comprendido como un derecho de libre ejercicio y no así por razones de desplazamiento forzado.