Registro Único de afectados por implantes PIP es aprobado en la Comisión de Salud del PARLASUR

Agencia PARLASUR (11/09/2017). El Parlamentario boliviano Edgar Romero Flores comentó a TV PARLASUR sobre la aprobación por la Comisión de Desarrollo Regional Sustentable y Salud de la creación de un Registro Único de Mujeres del MERCOSUR y países asociados afectadas por implantes PIP.

“Creemos que esta sea una medida preventiva y tenemos que hacer toda una campaña para evitar que muchas mujeres sigan cayendo en este mal provocado por un mal fabricante”, concluyó Romero.

Las prótesis mamarias en cuestión tendrían un riesgo mayor de rotura que las de otras marcas por haber sido utilizado un gel de silicona no autorizado por las autoridades.

El Parlamentario Alberto Assef, autor de la propuesta, explicó que “esta cuestión configuró uno de los fraudes al consumidor más grandes de la historia latinoamericana. Se comprobó que ninguno de los países receptores de este producto habían controlado debidamente la calidad del mismo y que no existen registros formales de las personas que poseen o han poseído estos implantes”.

De este modo entendió la necesidad de contar con este Registro dado que la cuestión reviste vital interés en materia de Salud. “Lo principal es iniciar el tratamiento de una problemática que no por oculta deja de ser tan numerosa”, dijo Assef.

Prótesis PIP

Los implantes mamarios de silicona fueron fabricados por la empresa Poly Implant Prothèse (PIP), creada en 1991 en el sur de Francia. Esta compañía fue considerada la tercera en el mundo en volumen de ventas de prótesis, al producir unas 100.000 al año. De éstas, el 80% se exportaba al extranjero.

A finales de 2011, Francia declaró que 20 personas con estas prótesis habían padecido cáncer y, aunque no estableció un vínculo directo entre los implantes y la enfermedad, alertó de los riesgos que plantea para la salud su elevado índice de roturas.

Cualquier prótesis moderna, distinta de las PIP, suele durar entre 20 y 25 años. Tras ese tiempo, o quizás antes, las personas implantadas deben de someterse a una segunda cirugía para retirar o ajustar los implantes originales. El problema principal de las PIP es que su índice de rotura es mucho mayor que el de otras prótesis mamarias (que es de un 0,5%-1%), aunque ese porcentaje varía según la fuente consultada y oscila entre un 7% y un 12% en tres años.

No siempre se notan síntomas ante la rotura de una prótesis, según aseguran diferentes especialistas. Sin embargo, algunas personas pueden sentir molestias, como dolor o endurecimiento, al formarse una cápsula alrededor del implante. La silicona también puede ser absorbida por el sistema linfático y generar la inflamación de los ganglios lo que requiere, en algunos casos, la extirpación de estas estructuras.

Con informaciones de las Agencias ABC/EFE SALUD/EL MUNDO

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