Un mundo de contradicciones secundarias: La Post Globalización?

A causa de un mundo cada vez más globalizado, Ya los conflictos en el mundo no tienen solamente una causa económica, ya no se explican solamente con la lucha de clases cada evento de nuestra historia, y no se puede analizar las relaciones internacionales sobre conceptos tales como el imperialismo, el continentalismo u otros conceptos clásicos de la política o de la filosofía de siglos pasados,
Con mi carente instrucción filosófica y sociológica, intento también buscar explicaciones al Brexit inglés, al avance de la derecha en Europa, al plebiscito colombiano, a los conflictos raciales, de género o religiosos que pululan por el mundo o al reciente triunfo de Donald Trump en las últimas elecciones en los Estados Unidos. En dicho intento es que me atrevo a explicar tales situaciones en un concepto más global y abarcativo al que me animo a denominar “La colectivización de lo individual por sobre la individualización de lo colectivo” bajo el riesgo de cometer plagio no intencional producto de mi amateurismo filosófico.
Los sistemas económicos, políticos y sociales de la era de la globalización han comenzado a colapsar y aún no nos hemos dado cuenta. La gente (o un porcentaje importante de ella) ha comenzado a comportarse de una manera diferente a los análisis de los medios de comunicación dominantes, o a los clásicos análisis políticos que, quienes nos jactamos de hacerlo, realizamos durante los últimos años. Son pocas las encuestas que aciertan, son muchos los que no resisten a un archivo de predicciones electorales, y los intelectuales están analizando cómo la gente, en diversos lugares del mundo se comporta de manera inexplicable, y en general, contraria a lo que ellos desearían que se comportaran.
Al intentar mirar el bosque olvidando el árbol comienzo a ver que el individualismo ha ganado un importante terreno en las mentes y corazones de cada habitante de nuestro planeta. El ser colectivo, inspirado en valores importantes como el bien común, la solidaridad, la tolerancia y el respeto a las normativas está en franco retroceso. Una especie de anarquismo reaccionario esta dominando a demasiados seres humanos. El individualismo está marcando las acciones de los hombres y nos lleva a pensar y actuar en consecuencia en el ámbito social, económico y político. Es este “yoismo” el que nos hace pensar que todo el entorno debe ser favorable a nuestros intereses, y, de ser posible, el resto del planeta debe pensar, actuar y sentir lo mismo que nosotros.
En pos de lograr ese objetivo es que, en caso de realizar acciones colectivas, las mismas se hacen sobre la base de llevarlas a cabo solamente con gente de nuestra misma condición social, ideológica, cultural o religiosa. Cada vez más en nuestras sociedades se produce situaciones de sectarismo o de conformación de ghettos, ya no por la imposición de los sectores dominantes, sino por determinación propia de diversos colectivos, que prefieren convivir con su propia cultura, a interrelacionarse con otras formas de mirar el mundo. Cada vez más los grupos de afinidad sociales, políticos o religiosos tienden a solo hablar entre ellos, solo vivir entre ellos y solo compartir su propia identidad, sin buscar interrelaciones con sectores diferentes. Es lo que denominaría “la colectivización de lo individual” y se traduce en el nacimiento de nuevas fracciones religiosas, deportivas, culturales, musicales, gremiales y políticas.
La dirigencia moderada tradicional (supuestamente de pensamiento integrador o colectivo) no ha generado las respuestas necesarias para cambiar el pensamiento individualista de sus representados, sino más bien lo han exacerbado, dando paso a la discusión de contradicciones secundarias más que a resolver los problemas comunes de sus comunidades. No han logrado encontrar en sus acciones una individualización de pensamientos colectivos que unan a sus sociedades en pos de objetivos superiores comunes y son cada vez más frecuentes los arribos al poder de espacios de pensamiento sectario que en alianza o no con estructuras tradicionales de la política, una vez que toman el poder intentan imponer al resto de sus diversificadas sociedades su pensamiento, alterando una pacífica convivencia.
La era de la globalización, al no resolver los problemas más importantes, lejos de generar la idea de ser ciudadanos del mundo, va permitiendo el desarrollo de multiplicidad de expresiones sectarias, que al son de las banderas individualistas van desplazando a las ideas de un mundo sin fronteras, donde la tolerancia y el bienestar general sean más importantes que cualquiera de nuestros ombligos.

Fuente: Parlamentario Humberto Benedetto