El MERCOSUR atraviesa de nuevo una etapa de alarmante estancamiento. Circunscribir las acciones cuasi exclusivamente a observar y cavilar sobre el espinoso trance venezolano, no es precisamente lo sensato, práctico y recomendable, a sabiendas de que obran en agenda una serie de asuntos que exigen decisiones expeditivas, particularmente en el plano comercial, área en la que se concentran las complicaciones de rango económico más fehacientes.
El gobierno del presidente Nicolás Maduro tendrá que reconciliarse indefectiblemente con los pilares que sostienen las garantías fundamentales de la convivencia ciudadana, al tiempo de restaurar en su patria la vigencia irrestricta del Estado de Derecho, exaltando en los hechos los valores sustantivos de la democracia representativa, o agudizará el proceso de deslegitimación jurídica de su mandato constitucional, consecuencia directa de arrebatos autoritarios nada asemejados con los propósitos cardinales de la integración.
Temas como el avance de las negociaciones con la Unión Europea (UE); el impacto global y regional de la deserción de Gran Bretaña del bloque septentrional; la aproximación a la Alianza del Pacifico (AP) con fines de intercambio liberado; el levantamiento de los obstáculos que interfieren el libre tránsito y tráfico por los territorios de la comunidad, y la apertura hacia aquellos mercados atraídos por la abundante, calificada y competitiva producción de la zona, son aspectos que de manera alguna deben posponerse en su tratamiento y resolución en razón de las infaustas circunstancias internas que sobrelleva Venezuela.
Siendo consecuentes con la realidad llana, el gobierno bolivariano se opone sin rodeos al concierto tanto con la UE como con la AP, aduciendo que las dos alianzas de naciones “la conforman y lideran potencias de marcada esencia capitalista y doctrina neoliberal que desprecian a los pueblos y preservan los intereses de las pequeñas oligarquías”. Conceptos erróneos emergentes de una visión ideológica contrapuesta a los estándares de la globalización que alienta la reciprocidad comercial, donde la sencilla fórmula comprarte lo que necesito y no produzco y venderte lo que produzco y necesitas, constituye el súmmum de las transacciones entre asociados.
Importa mencionar que el 12 de agosto entrante vence el plazo de cuatro años otorgado Venezuela para la completa adecuación a la Nomenclatura Aduanera Común del MERCOSUR, requisito inexcusable para definir las excepciones al Arancel Externo Común (AEC). Adeuda, asimismo, la incorporación a su ordenamiento jurídico del Acuerdo de Residencia del MERCOSUR, el Compromiso con la Promoción y Protección de los Derechos Humanos, y el Acuerdo de Complementación Económica entre otras prescripciones que componen el patrimonio legal del grupo, impidiéndole participar de pleno en las actividades específicas contempladas en el Tratado de Asunción, Protocolos Adicionales y normativas vinculadas.
En la Conferencia de ministros de Relaciones Exteriores nucleados en el Consejo Mercado Común (CMC), programada para el día 30 de los corrientes en Montevideo, es perentorio e inaplazable sacudirse del stand by y acometer los compromisos calendarizados, para lo cual se impone restablecer la disciplina institucional transfiriendo la Presidencia Pro témpore al Estado parte en condiciones de ejercerlo, admitiendo que Venezuela, país al que por orden rotario se le confiere la siguiente titularidad semestral, no se halla actualmente en situación de asumir la calidad provisional de primus inter pares y atender a satisfacción las obligaciones propias de esa dignidad supranacional.
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR insta a que los hermanos venezolanos se avengan cuanto antes a descubrir y consensuar la receta pertinente para rever las desolaciones que aquejan a esa sociedad fraterna. No obstante, el diálogo franco, respetuoso, exento de fanatismos y receptivo a las verdades incontrastables, es probablemente el único recurso eficaz y conocido para saldar las divergencias y recuperar la concordia entre compatriotas.
La aplicación de los mecanismos previstos, no con el propósito de separar transitoriamente a Venezuela, sino a los efectos de instalar formalmente la ronda de interconsultas entre los cinco miembros activos de cara a solventar los aprietos de un homólogo, es una alternativa viable a considerar, aconsejable incluso cual medida persuasiva para doblegar intransigencias de patente pobreza constructiva.-
Julio de 2016
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente de la delegación de Paraguay