En momentos en que el proceso de avenencia regional adolece de hechos explícitos que abonen un avance sostenido y aprovechable para sus miembros y el conjunto, la decisión de Brasil y Paraguay de adoptar el Sistema de Pago en Monedas Locales (SML), Guaraní y Real en este caso, como régimen para sufragar su comercio bilateral, es un anuncio positivo dirigido a estructurar paulatinamente una aún distante integración económica total en la zona, pero que con este paso se patentiza la voluntad colectiva de desarrollarse al interior del grupo, a partir del empleo de las divisas nacionales como intermediario financiero en el ámbito de las transacciones.
Este mecanismo que tiende a generalizarse en el MERCOSUR, visto que Argentina y Brasil lo utilizan desde octubre del 2008¸ Uruguay y Argentina, desde el 2014; en tanto que Uruguay y Brasil concertaron lo suyo en junio de 2015; Paraguay y Uruguay suscribieron el acuerdo en octubre de 2015. Estas muestras constituyen un empeño de los actores económicos por reducir la supremacía e incluso sustituir el dólar norteamericano y el euro en los intercambios recíprocos, además de valorizar el poder adquisitivo y operativo de las monedas de la comunidad frente a sus sinónimos de acentuada preponderancia internacional, y sortear las dificultades omnipresentes del tipo de cambio.
El SML que faculta a importadores y exportadores a costear sus respectivos negocios en signos monetarios de su país de origen, intensificará y mejorará la calidad de los vínculos comerciales, generará una apreciable reducción de los costos administrativos y financieros de la rutina aduanera y bancaria, y facilitarán la inserción de los pequeños y medianos empresarios de la producción a los esquemas bilaterales de comercialización, habida cuenta que éstos, por su menor liquidez y potencial de desembolso, preferentemente capitalizan en monedas locales.
El fortalecimiento y el sello de competitividad que se imprime a los diferentes instrumentos de pago de circulación legal en los territorios compartidos, es una certificación de jerarquía, un adelanto sustantivo con perspectivas de proyección exterior a plazo todavía impreciso, y tal vez el fundamento para la creación de la moneda única de MERCOSUR en un futuro no precisamente inmediato, sí en etapas más perfeccionadas de la integración, como se constata en la Unión Europea (UE).
La Presidencia de la Delegación de Paraguay en el Parlamento del MERCOSUR considera acertado que nuestra república se haya conectado a ese módulo conviniendo primeramente con Uruguay y luego con el Brasil, y posteriormente con los otros consocios, la legitimación del Guaraní como moneda operativa del Paraguay en el área común, aclarando que en principio tendrá carácter opcional para los agentes de compra/venta, en consonancia con la modalidad en vigor.
Sabido es que la unidad monetaria nacional destaca por su solidez y estabilidad comparativamente con algunos homólogos hostigados por periódicas depreciaciones y devaluaciones, motivo significante para conferirle confianza y crédito en los negocios pactados entre asociados.
Esta variante de pagos supondrá una evolución cualitativa del Guaraní en el espectro internacional, en tiempos en que la plaza paraguaya es objeto de creciente interés por parte de inversores e industriales foráneos, atraídos por las ventajas y concesiones puestas a disposición de la producción manufacturera.
En definitivas, el mercadeo de Paraguay con los demás socios y viceversa validos del SML comporta una señal de madurez, independencia y saludable empuje de los involucrados, que construyendo una identidad distintiva que los singularice escogen solventar sus actividades comerciales con circulantes propios, proporcionando un matiz de superación a la interacción intra bloque.-
Abril de 2016
Parlamentario ALFONSO GONZÁLEZ NÚÑEZ
Presidente de la delegación de Paraguay